
¿Te cuento la historia de El Búho Invisible?
La primera vez que mi padre me dio una cámara y un carrete fue en el pequeño zoo que hay en la Isla de la Magdalena de Santander. No sé si fue la cámara o los animalitos que allí había, que yo no solía ver habitualmente. Sí sé que estaba emocionada, me acuerdo de esa ilusión de niña que hace algo nuevo e interesante. No pude evitar dejarme llevar por la curiosidad y mi padre tuvo que pagar el revelado de un carrete entero de fotos de pingüinos.


Entonces no sabía que dedicaría mis propinas a comprarme la primera réflex que tuve (analógica), que revelaría mis fotos en el laboratorio del instituto, que después me haría veterinaria y trabajaría de becaria en investigación. Tampoco que viajaría un poquito por el mundo, por estudios y por placer. Y que esos viajes, acompañada de mi cámara, me harían volver a sentir la emoción de mirar a través del visor y de llevarme conmigo un pedacito de cada experiencia. Después de algunas vueltas, volví a estudiar, pero esta vez, Fotografía Artística, con más ilusión que todo lo anterior.
Y, al fin, volví a cultivar esa esencia de niña de ojos grandes y curiosos, algo tímida, pero fascinada por el mundo y las personas que viven en él.
Al poco tiempo, fui madre y aprendí también a mirar de otra forma, a dejarme sorprender por la vida que fluye, a veces muy despacio y otras, ¡tan deprisa! A respetar los ritmos de cada uno y a saber ver los momentos mágicos en lo pequeño.
Cuando hago fotografías a una familia, me gusta mirar su vida desde dentro, conocerles, acompañarles. Disfruto mirando y fotografiando a las personas como son, naturales, espontáneas, y ponerle un punto de mi propia mirada.
Y así, paso a paso, surgió mi proyecto “El Búho Invisible” en 2014, una fotografía para esos momentos de todos los días (o de días especiales) que os gustaría revivir, ambientes reales y gestos y miradas auténticos. Imágenes que sean capaces de transportar a las emociones y a las historias vividas, que es lo que de verdad nos gustaría poder guardar siempre, ¿no? Un tesoro en dos dimensiones.

Aquí puedes conocer algo más de mí
(Si no te has cansado de leer todavía)
Aunque me cuesta mucho contar de mí, y cuando cuento algo me enrollo como las persianas, me gustaría que pudieráis conocer cosillas más concretas de mí y contaros lo que me hace distinta (o igual) a otros. Algo más de lo que me mueve, me gusta y me disgusta.
- Mi color favorito es el verde.
- Desayuno café con leche sin azúcar.
- Me divierten los juegos de mesa, montar muebles y pintar.
- Soy más de ciencias que de letras (aunque me encanta leer): la biología fue mi otra vocación.
- Llevé aparato de pequeña y soy un poco miope.
- Me encanta la pizza 4 quesos y el sushi con mucha soja.
- Conocí a mi mejor amigo una noche de Reyes. Nuestra primera cita fue un concierto gratuito. Lo más importante que hemos hecho juntos es convertirnos en padres de una niña y un niño.
- No me va mucho ir de compras, me gustan los jerséis de lana gorda y los calcetines con dibujos.
- En casa aún usamos el reproductor de CDs para oír a Amaral, Los Rodríguez, Erentxun, I. Serrano…
- Me indignan los que se ríen de los demás y los que no escuchan las razones ajenas.
- Me preocupa la salud de los míos, el mundo en el que vivo y que voy a dejar a mis hijos. Me intereso por la sostenibilidad, el feminismo y la economía social y solidaria.
- Creo en el Amor y creo que está en todos y que es capaz de cambiar muchas cosas.
- Me maravilla la fragilidad de los recién nacidos y cómo transforman la mirada de los que están alrededor.
- Sueño con volver a ir a Cantabria pronto y con cenas con amigos.
Bueno... ¡ya no sé qué más contarte!
Ahora, ¿qué necesitas?
Supongo que si estás aquí es porque estás buscando fotógrafo. Si te ha encajado lo que has visto (o quieres preguntarme lo que sea), contáctame y te ayudo a guardar un poco de vuestra historia en imágenes.
